Lo que sonaba como un evento familiar en tranquilidad, concluyó con más de una docena de asistentes siendo atendidos por médicos.
Poco después de la ceremonia del Grito de Independencia, centenares de personas se dirigieron al lugar para disfrutar del concierto, sin embargo, se encontraron con varios cierres de calles contraladas por la policía estatal.
Los asistentes comenzaron a aglomerarse y empujarse para intentar pasar pese a las restricciones, los elementos policiales intentaron contenerlos, pero no resistieron y los asistentes tiraron las vallas metálicas para avanzar hacia el escenario.
Entre empujones varias personas que estaban pegadas a las vallas metálicas se cayeron y empezaron a ser aplastadas por la gente descontrolada que estaba más atrás en el acceso.
Elementos policiales y algunos civiles, entre jalones, sacaron a las personas que ya eran pisoteadas para ponerlas a salvo hasta que lograron restablecer el control.
Por suerte, las lesiones que presentaban los afectados no fueron de consideración, aún así algunas sí recibieron atención prehospitalaria.


